06 febrero, 2023

La vida en el jardín de invierno

A medida que se van acercando los días más cortos del año, muchos organismos van modificando progresivamente su regulación metabólica para adaptarse a las nuevas condiciones ambientales. Este proceso puede ocurrir también en los organismos imaginarios que habitan en la frontera entre los espacios físicos tangibles y los entornos inmersivos virtuales. Los objetos liminales, particularmente aquellos diseñados para impulsar una actitud regenerativa en comunidades y organizaciones, son especialmente sensibles a las mutaciones culturales, sociales y ambientales.

Elysia liminalis, una especie híbrida inspirada en una pequeña babosa marina que captura energía directamente del sol, es uno de estos singulares objetos. Con la llegada del solsticio de invierno, Elysia liminalis inicia una fascinante transformación. La cada vez más escasa luz solar hace menos eficiente la fotosíntesis y su coloración va pasando del verde brillante a las tonalidades doradas, pardas o naranjas. Al igual que los bosques caducifolios de las regiones templadas del hemisferio norte, Elisis liminalis adquiere en esta época una asombrosa belleza.

Mitad molusco y mitad alga, esta sorprendente criatura imaginada se encuentra a caballo entre dos reinos. Las moléculas de clorofila que incorpora el diseño de Elysia liminalis transforman la luz solar en energía creativa. Pero en la superficie exterior de este singular diseño se encuentran otros pigmentos que quedan ocultos por el color verde brillante habitual. Cuando disminuye la luz solar y se reduce la clorofila, asoman otros compuestos que producen los colores amarillo, naranja y marrón. Las diferentes condiciones ambientales de cada día del otoño, la temperatura, la humedad y la cantidad de luz diaria, son procesadas por un algoritmo que otorga a cada ejemplar una coloración diferente en cada momento del invierno.

Los tentáculos que exhibe esta fascinante especie y que actúan de respaldo virtual, se van reduciendo a medida que disminuye la temperatura ambiental. Para evitar los daños ocasionados por las heladas en los tejidos de los tentáculos, Elysia retira la clorofila y otros compuestos útiles, y los almacena en su cuerpo redondeado para recuperarlos cuando empieza la primavera.

«Para observar y amar la naturaleza, el mejor ritmo es el de una pequeña babosa marina.»

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