29 septiembre, 2006

Meliá se reinventa

Meliá hoteles ha decidido, finalmente, emprender un plan de rejuvenecimiento. Según recogía El País, "La marca, una de las que posee el grupo Sol Meliá -350 hoteles y 85.000 habitaciones en 30 países-, se había quedado un tanto obsoleta, un tanto desenfocada en cuanto al abanico de edad al que se dirige y aquejada de cierto anquilosamiento para transmitir lo que los hoteles de cuatro y cinco estrellas a los que agrupa quieren ofrecer a los clientes."


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El cambio de imagen -una costosa operación de 300 millones de euros- es la conclusión de un profundo estudio llevado a cabo por su departamento de I+D+i en el que se han analizado las necesidades de los clientes y las tendencias del sector.

Los resultados del estudio demuestran la importancia de trascender de la fórmula clásica de servicios hoteleros predecibles. En este nuevo concepto, cada hotel Meliá se quiere presentar como un conjunto integrado que aúne diseño, confort, restauración y salud y belleza. Consecuentemente, la renovación de la marca ha afectado desde al logotipo a la decoración de las habitaciones o al vestuario de los empleados.

"El logotipo de Meliá se estiliza contagiado de un marcado espíritu latino. La antigua tilde de la “a” serpentea en forma de virgulilla como uno de los símbolos de la exclusiva eñe española. En esta nueva etapa el diseño adquiere un nuevo enfoque. Las últimas tendencias internacionales se fusionan con elementos propios de la cultura local, todo ello integrado en el entorno. La nueva decoración es fresca y acogedora, equilibrada en los espacios, respetando la individualidad de cada hotel." se lee en la nota de prensa de la compañía.

"En el mercado", dice Luis del Olmo, Director General de Marketing del grupo, "o compites por precios, un segmento en el que no está Meliá, o lo haces por ofrecer experiencias".

Sin duda una frase desafortunada. Precios y experiencias son conceptos que no tienen absolutamente nada que ver. Lo que sucede en el mercado es que las cadenas hoteleras que no son capaces de ofrecer experiencias memorables, chispeantes, únicas e irrepetibles, están abocadas al fracaso. Independientemente del nivel de edad del público objetivo, del número de estrellas y del nivel de precio del establecimiento, los clientes demandan sentirse no sólamente complacidos sino entusiasmados, asombrados, eufóricos. En este espíritu debe seguir trabajando Meliá.

Aunque tardío, sin duda un cambio muy acertado que inyectará nueva energía a la compañía vacacional.

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