En una de sus inolvidables escenas una misteriosa Eva Marie Saint dice a Cary Grant: "Soy diseñadora industrial".
Diseñadora Industrial. En aquel año Franco inauguraba el Valle de los Caídos y casi nadie sabía en España qué diablos era aquello de "diseñadora industrial". Es más, nadie entendía qué tenía que ver una mujer con la industria si no era para trabajar como secretaria del director. La conclusión evidente para el espectador de la época era que, sin duda, estaba mintiendo. No obstante, el diseño americano contaba por aquel entonces con un elenco de figuras de primer orden: Raymond Loewy, Henry Dreyfuss, Norman Bel Geddes, Charles & Ray Eames,...
Hoy, casi cincuenta años después, el diseño se ha visto engullido por la innovación y los diseñadores ya no son simplemente "diseñadores industriales". Ahora se han convertido en "creative conceptors", "creative leadership consultants" o "conception & innovation consultants". DZ, el Centro de Diseño de Bilbao, por poner un ejemplo sintomático, se ha transformado en BAI, Agencia de Innovación "para llevar a cabo una política de promoción e impulso de la innovación empresarial en Bizkaia, entendida en su sentido más amplio y dentro de la cual el diseño será uno más de los factores a tener en cuenta para conseguir que nuestras empresas sean más innovadoras y competitivas."
Afortunadamente, para muchas otras empresas e instituciones el diseño, lejos de ser un factor añadido más, juega un papel central y crítico en el proceso de innovación. Redes sectoriales y clusters económicos regionales como los que han emergido en áreas como Glasgow, el norte de Italia, Silicon Valley, Melbourne o Helsinki están (literalmente) dirigidos por el diseño. Innovation by Design es la guía económica de las regiones dinámicas.
Por eso, al volver a ver la película recientemente no puedo dejar de manifestar que yo también "soy Diseñador Industrial".
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